Buceando por la red, una puede llegar a encontrar las cosas más variopintas, originales y maravillosas del mundo. Algunas de ellas, acabarán en tu salón (o, con suerte, en el mío). Otras, son tan tremendamente modernas, o caras, o grandes, o lo que sea, que nunca llegaremos ni a rozarlas… Pero, gracias a la magia de internet, ahora podemos disfrutarlas igualmente… Y eso, amigos míos, ¡¡no tiene precio!!
Como este magnífico edificio de colores que me enseñó H. hace unos días. Es taaaaaaan alegre y sencillo… Se trata del Sugamo Shinkin Bank (Tokyo, 2011), de Emmanuelle Moreaux.
O este originalísimo sillón, hecho con unas persianas viejas… En serio, cuando lo vi, aluciné tanto, tanto, tantooooooooooooo, que sólo podía pensar en enseñároslo cuanto antes. ¡¡No me digáis que no es espectacular!!
O estas máscaras «venecianas» y el resto de objetos que se cuecen en el Conspiracy Estudio. A mí me chiflan. Mucho.
Viendo esas cosas pienso en por qué no me toca la lotería de una vez. Por cierto que hace unos días me compré un libro de arquitectura de Taschen bastante chulo del llamado estilo internacional. Esa maldita editorial me está arrebatando la herencia de los hijos que no tengo…
¡¡Taschen debería estar prohibida por decreto-ley!! 😀
Ese edificio es la leche, Meri quiere vivir ahi! jajajajaja
Y los de Conspiracy son mis amigos…asi que qué te voy a decir! jajajajajaja
Noe tb quiere vivir ahíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii 😀